viernes, mayo 30, 2008

General Bernales: ¿Accidente o asesinato?

Recuerdo claramente, que pasados unos meses del atentado al Word Trade Center en Nueva York y al Pentágono en Washington DC, se empezaron a barajar hipótesis que culpaban derechamente al Gobierno norteamericano de su autoría y su ejecución.

-“Estás loco, si todo el mundo sabe que fueron los musulmanes… y ellos son salvajes… Cómo se te ocurre, Bush es adalid de la democracia, de la libertad y de la guerra contra el terrorismo” –decía medio mundo, sin siquiera cuestionarse detalles tan simples como el hecho de haberse encontrados intactos los pasaportes –plásticos- de los “terroristas árabes” en el mismo lugar donde el combustible de dos Boeing 757 recién despegados había destruido dos rascacielos de ciento diez pisos –de fierro y concreto- y las dos aeronaves completas –metálicas también… Sin reparar que fue demolido “programadamente”, y en cuatro horas, otro edificio, el WTC 7, un edificio de treinta y cinco pisos aledaño, para evitar que cayera… en una operación que normalmente toma tres semanas para estructuras de similar tamaño y composición… Sin reparar que a escasos centímetros del forado que otro B 757 dejó en el Pentágono, destruyendo alrededor de cincuenta metros –medidos en profundidad- de concreto, había escritorios de madera y archivadores de papel y cartón, intactos, los que misteriosamente sobrevivieron luego de la explosión y del incendio provocados por las miles de toneladas de combustible del avión, que dicho sea de paso, sus restos nunca fueron encontrados.

Como era de esperarse, la evidencia y las pruebas fueron rápidamente “clasificadas”. Lo seguirán estando durante alrededor de 75 años. Quien dude de la versión oficial, irremediablemente será tildado de demente y de antipatriota.

Son los misterios de la política exterior norteamericana y las justificaciones para recuperar el patriotismo dormido desde la derrota de Vietnám, para invadir Afganistán e Iraq y capturar a Bin Laden y a Hussein respectivamente. Y de paso, aumentar las ya jugosas utilidades de la industria militar norteamericana y la fortuna personal de la familia Bush, socia de los Bin Laden. Y lograr el verdadero y último objetivo: consolidar la hegemonía judeo-norteamericana y la implantación del nuevo orden mundial, anticristiano, y que “casualmente” favorece por igual a judíos y a musulmanes. Sí, a los satánicos y perversos musulmanes.

Pues bien, nuestra política criolla, incluyendo la de nuestros vecinos hispanoamericanos, también tiene sus misterios e intrigas.

La última –y lo sostengo a riesgo de ser tildado de demente, al igual que en 2001, es la muerte del General Director de Carabineros, don José Bernales, en un accidente aéreo en Ciudad de Panamá.

Sin que se conozcan aún, a horas de la tragedia, muchos detalles de los acontecimientos, hay varias cosas que pueden relacionarse entre sí y que permiten desarrollar la teoría de una conspiración macabra y bien urdida. Veamos:

-Es de público conocimiento que el General Bernales era el más firme de los cuatro mandos militares chilenos, y el único que se atrevía a pararle el carro a la Presidente Bachelet y su Gobierno, como asimismo a manifestar su disconformidad frente a situaciones que le parecían irregulares, ilegales o simplemente reñidas con la justicia o el principio de autoridad (como los procesos contra uniformados o las desautorizaciones hechas a Carabineros en cumplimiento del deber).

-Es de público conocimiento que el General Bernales tenía una visión especialmente crítica de la política exterior venezolana –en realción con los temas de seguridad nacional- y de la influencia de Chávez sobre las FARC.

-Es de público conocimiento que el General Bernales siempre sostuvo que para poner a buen resguardo a nuestros países de la amenaza terrorista y del narcotráfico, debía neutralizarse a dicha organización guerrillera, usando todos los medios legales y militares disponibles.

-Es de público conocimiento que el General Bernales estaba en Panamá asistiendo a una Conferencia contra el terrorismo, en calidad de Presidente de los Cuerpos Policiales hispanoamericanos, conferencia en que el principal tema de seguridad tratado fue cómo desmantelar y combatir a la guerrilla y el narcotráfico, en particular, las FARC.

-Por último, es de público conocimiento que Chávez ya había atacado –“amenazado” en forma solapada- a otro jefe policial chileno, el Director de la Policía de Investigaciones, don Arturo Herrera.

A todas estas consideraciones de “tipo preliminar”, podemos agregar una serie de hechos que han sido dados a conocer, principalmente por la prensa panameña, y hacernos algunas preguntas:

-¿Por qué testigos afirman que vieron saltar al mar, segundos antes del accidente, a dos tripulantes del helicóptero?

-¿Por qué Servicio Aéreo Nacional, a través del sistema de compras del Estado panameño, requería, y en carácter de urgente, justamente el repuesto que aparentemente falló en el Bell-UH-1N capotado, para ese mismo helicóptero, y misteriosamente, en el mismo momento del accidente, retira la publicación del sitio web? ¿Cuándo fue subido el aviso?

-¿Sabía la tripulación del helicóptero que el aparato necesitaba repuestos urgentes? ¿Lo sabía Carabineros de Chile? Resulta que ningún piloto vuela una aeronave en esas circunstancias, a menos que se trate de un suicida. Y ningún equipo de seguridad autoriza al máximo jefe policial a volar en una aeronave bajo esas circunstancias, a menos que sea cómplice de asesinato, cosa que me cuesta demasiado creer.

No vaya a ser que este caso se trate de una conspiración al estilo del asesinato de Kennedy. Que todos nos traguemos la teoría del accidente, y que cuando los responsables estén todos muertos nos enteremos de la verdad. O que nos enteremos antes y no creamos. –“Inventos del fascismo reaccionario”, dirán todos.

Pero, resulta que el Estado panameño ha sido históricamente corrupto. Para nadie es un misterio. Y el actual Gobierno chileno ha sido (y es y seguirá siendo), evidente en sus muestras de indisimulada simpatía hacia las FARC y hacia el Gobierno de Chávez.

Es lo que creo. Nuestra Concertación gobernante ha dado suficientes muestras de maquiavelismo a lo largo de estos últimos años. El asesinato del senador Guzmán, la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad y el Caso Spiniak son buenos ejemplos que nos muestran conspiraciones urdidas desde el gobierno, o al menos, con su descarada complicidad, en que éste ha salido bien parado y que le ha permitido avanzar en la instauración de su perversa cosmovisión social y cultural. De la revolución.

Sólo el tiempo nos dirá si me equivoco o no.

 

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sábado, mayo 24, 2008

A mis amigos que militan en la UDI

Otra más del Alcalde Gustavo Hasbún

Leí en la prensa que el Alcalde de Estación Central, y militante UDI, Gustavo Hasbún, resolvió entregar en los consultorios de su comuna la droga abortiva denominada popularmente “píldora del día después”.

Frente a semejante determinación –que a estas alturas ya no me sorprende en absoluto-, creo que quienes aún militan en la Unión Demócrata Independiente deben hacer todo lo que esté a su alcance para lograr la expulsión de dicho Edil de la colectividad.

De no lograrlo, deben presentar la renuncia al partido. El trámite toma no más de 10 minutos y es gratuito. Sólo así demostrarán que su discurso y opiniones no son sólo “de la boca para afuera” y “para la galería”, sino que representan una real convicción.

No se saca nada con escribir sesudos documentos, organizar seminarios y charlas, manifestaciones públicas, etc., si al mismo tiempo se tolera que personajes de dudosa estatura moral sean sus correligionarios.

No sigan apoyando, ya sea por acción u omisión, la destrucción de lo poco que le va quedando de cristiano a nuestro sufrido Chile. Por sobre todo, no sigan siendo cómplices de esta verdadera carnicería que significa el asesinato de niños.

Dios nos pedirá cuentas a todos. Por lo que hicimos y por lo que no hicimos. Y de todas maneras por apoyar a una colectividad que tolera en sus filas a elementos como el Alcalde Hasbún.

Es mi opinión.

 

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miércoles, mayo 21, 2008

Vendiendo el sofá y otras hierbas

Cada vez con más frecuencia, al encender el televisor a la hora de las noticias, me da la sensación de que el estúpido soy yo. Se supone que los alcaldes son personas de cierta inteligencia, por lo que las medidas que toman tendrían que reflejar dicho nivel intelectual.

Resulta que en las noticias de hoy 20 de Mayo, nos informaron que la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, con el fin de evitar que los manifestantes de siempre destruyeren el mobiliario urbano, había ordenado retirar teléfonos públicos, basureros y todos aquellos elementos susceptibles de ser destruidos, incendiados o usados como proyectiles por los delincuentes de siempre. Ello, en vez de prohibir manifestaciones públicas –las que todos sabemos cómo terminan-, y en caso de producirse, reprimirlas con toda la fuerza a su alcance –léase armamento militar. ¡Simplemente insólito! Con dicha falta de pantalones o de determinación para mantener el orden, no es de extrañar que las autoridades norteamericanas hayan prohibido o sugerido a sus efectivos de visita en la zona que se abstuvieran de visitar la cuidad “Patrimonio de la Humanidad”.

Dicha falta de cojones –o manifiesta complicidad con el vandalismo- parece ser una constante en nuestros tiempos. Y en el mismo Valparaíso, ya presenciamos durante algo más de un mes, el lastimoso espectáculo de ver a un par de nuestras universidades “tradicionales” sitiadas por los delincuentes que están matriculadas en ellas. ¡Apoyados hasta por la derecha! Esa misma derecha que en el papel dice defender el derecho de propiedad. Los rectores, las autoridades civiles, y en el caso de la Pontificia Universidad “Católica” de Valparaíso, el señor Gran Canciller (el Obispo), tomaron palco como quien ve llover.

Por supuesto, nadie responde por las clases perdidas ni por los aranceles desembolsados por quienes sí querían ir a estudiar y no pudieron hacerlo; nadie responde por los sueldos que las casas de estudios tuvieron que seguir pagando a académicos y funcionarios; nadie responde por los gastos de operación en que incurrieron las universidades tomadas durante esas semanas; nadie responde por las merecidas vacaciones que los alumnos estudiosos ya no van a poder disfrutar o por aquellos que ya no podrán trabajar en sus días libres porque estarán recuperando las clases a las que sus “solidarios compañeros” –y las autoridades, por omisión- no los dejaron asistir. ¡Lógico pues, los mocosos de mierda tienen derechos y había que respetárselos! Dicho sea de paso, los empresarios del transporte y los usuarios adultos de la movilización colectiva deberán, a título de un dogma –el famoso derecho a transporte rebajado-, subsidiar hasta el carrete de los imberbes-delincuentes.

Me pregunto qué sacamos con tener un cierto ordenamiento legal con más de 22.000 leyes, con ufanarnos de tener un sistema en que “las instituciones funcionan” o de presumir de tener el congreso más antiguo de Hispanoamérica, un Poder Judicial independiente (¡!) o una institucionalidad sólida, si la población hace tabla rasa de cualquier norma y la autoridad se hace la desentendida. En el Chile de hoy, la Constitución, las leyes, decretos y reglamentos sirven para lo mismo que un pedazo de papel confort.

Ello se debe a una razón fundamental: la forma en que se generan las autoridades (Presidente, Congresistas, Alcaldes, Rectores, etc). Para acceder a los cargos, hay que ganarse los votos. Y para ganarse los votos, hay que hacerse el simpático. Y para parecer simpático, hay que estirar el elástico de las concesiones, dádivas y regalías hasta el infinito. El resultado obvio: cero eficiencia, cero estrictez, cero autoridad, cero orden.

Mientras escribía estas líneas, salí a comprar cigarros a una bomba de bencina –para los que conocen Viña, 1 Norte, esquina Calle Quillota. En dicha esquina, había casi un metro de agua sobre el nivel de la calle, y se podía apreciar como salían objetos despedidos por las tapas de las alcantarillas: cartones, trapos, piedras, tarros, basura, etc. Los autos literalmente flotando en el agua, los peatones con ésta hasta la cintura, y el taco, de proporciones descomunales. Creo que la lógica indica que la labor de un alcalde (o alcaldesa en este caso), es prever que, en una zona de clima mediterráneo cálido con estación seca prolongada, es perfectamente normal que caigan 60mm de lluvia en 6 horas en el mes de Mayo. Prever que también es normal que en una ciudad llena de cerros y quebradas, el agua y los desperdicios, por simple gravedad, escurran de arriba hacia abajo. Pero la lógica democrática, contraria por cierto a la meteorología y a la física, indicó que era electoralmente más rentable andar preocupada de salir en los matinales y estelares, u organizando festivales de la cebolla, tallarinatas o completadas populares, antes que limpiar los cauces en el verano para que estuvieran aptos para resistir el invierno. Cosas de nuestro Chile.

 

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domingo, mayo 11, 2008

Día de la Madre


Si bien esta no es una fecha de celebración religiosa, quisiera, a través de la Madre de Dios, la Santísima Virgen, saludar a todas las madres que le han dado Gloria haciendo de sus hijos buenos cristianos.

Especialmente a aquellas que lo han hecho venciendo la adversidad o la enfermedad. Vayan para ellas mis especiales oraciones.

 

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viernes, mayo 09, 2008

Monseñor Errázuriz: ¿excomulgado?


Para nadie es un misterio que, por convicción o por miedo –al mismo Partido Comunista o al qué dirán-, la casi totalidad de la clase política quiere ver a dicho conglomerado instalado en el Congreso.

Para ello, los honorables y demás dirigentes de los partidos con representación parlamentaria nos han deleitado con una interminable lista de “fórmulas” y argumentos, algunos bastante hilarantes. Desde aquel que critica al sistema por sobrerepresentar a las mayorías y subrepresentar a las minorías hasta el que manifiesta que por ser “el 10%” (no sé de dónde habrán obtenido la cifra) merecen representación, así sin más.

No voy a entrar a comentar acerca de la conveniencia o no de aumentar el número de diputados. Tampoco del compromiso subterráneo que tiene la Concertación con el PC para agradecerle sus votos. Ambos temas han sido suficientemente debatidos. Pero sí de algo que me parece bastante más grave, cual es el apoyo que Su Eminencia el Cardenal Arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz ha otorgado a dicho conglomerado, ateo y terrorista (Ver artículo del Diario “La Nación”).

Ya es suficientemente delicado que el Cardenal y casi la totalidad de la Jerarquía Eclesiástica, además de legitimar, consideren deseable para gobernar un país un sistema democrático absolutamente liberal que dé cabida a ideas reñidas con la Ley de Dios y con la Ley Natural.

Pero llegar al extremo de sostener que "La visión de la Iglesia siempre es inclusiva y no excluyente. Nos parece importante que fuerzas que tienen un respaldo ciudadano de valor puedan dialogar entre ellas también en el Parlamento..." es simplemente un disparate, una aberración que atenta contra el Magistrio permanente de la Iglesia, toda vez que no hay que ser brujo ni Pitonisa para darse cuenta que está haciendo alusión directa al Partido Comunista.

Sí, al mismo partido que lleva más de un siglo enseñando que la religión es el “opio del pueblo”; al partido que ha martirizado a más sacerdotes y religiosos que los mismos romanos del tiempo del Coliseo y las catacumbas; al partido que ha puesto cortapisas a la libre expresión del catolicismo cuando no ha prohibido derechamente las manifestaciones religiosas en todas partes donde ha llegado al poder; en fin, al partido que en los principios doctrinarios y en la práctica viola todos y cada uno de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.

Peor aún, y tal como mencionaba anteriormente, dicho apoyo está absolutamente reñido con las enseñanzas de la doctrina católica. Desde Pío IX hasta Juan Pablo II, todos los Pontífices han sido especialmente críticos con la doctrina marxista y han prohibido expresamente la colaboración de los católicos con dicha secta, lo que obviamente incluye el votar por ella, los llamados públicos o privados a hacerlo o facilitarles la manera de instalarlos en esferas de poder. Desde el año 1848, cuando Pío IX nos advirtió en la encíclica "Noscitis et Nobiscum" que el socialismo traería "el trastorno absoluto de todo el orden humano", muchos han sido los documentos en que los Papas lo han condenado: "Diuturnum Illud", 1881; "Humanus Genus", 1884; "Quod Apostolici Muneris", 1878; "Libertas Praestantissimum", 1888; "Graves de Comuni", 1901; "Rerum Novarum", 1891; "Quadragesimo Anno", 1931; "Divini Redemtoris", 1937; "Ingravescentibus Malis", 1937; etc., por nombrar sólo los más conocidos.

Especial mención merece la Encíclica "Octogesima Adveniens" (Pablo VI), que señala expresamente que "el cristiano que quiere vivir su fe en una acción política concebida como servicio no puede adherirse, sin contradecirse a sí mismo, a sistemas ideológicos que se oponen, radicalmente o en puntos substanciales, a su fe o a su concepción del hombre. No es lícito, por tanto, favorecer a la ideología marxista, a su materialismo ateo, a su dialéctica de la violencia y a la manera como ella entiende la libertad individual dentro de la colectividad, negando al mismo tiempo, toda trascendencia al hombre y a su historia personal y colectiva".

Podría seguir ad infinitum citando documentos o discursos papales; el asunto es que, por doctrina y a riesgo cierto de ser excomulgados, a los católicos nos está absolutamente vedado el votar o el inducir a votar, pública o privadamente, o favorecer en modo alguno a dicha agrupación. No vaya a ser que los satánicos o los abortistas formen un partido político cuyo fin sea respectivamente adorar al diablo o matar niños, y, como dice Su Eminencia, haya que abogar por “…lograr la inclusión de grupos políticos que tengan un respaldo grande de la ciudadanía...”. En Chile al menos, estos últimos parece que ya no son una minoría, y francamente no podría imaginarme al Cardenal abogando por su representación parlamentaria. ¿O sí? Más le vale al Arzobispo arrepentirse de sus dichos, ya que en caso contrario le espera, y para toda la eternidad, un lugar bastante más caluroso que la boca del Volcán Chaitén.


 

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miércoles, mayo 07, 2008

Mártires modernos


Quizás sea extemporáneo que escriba de este tema cuando han pasado varios días desde que se conocieron los hechos.

Pero resulta que no es fácil hacerlo cuando se tiene rabia por lo que le están haciendo, si me permiten la expresión, a un puñado de hombres santos, quizás lo mejor que ha tenido nuestra Armada este último tiempo.

Tengo el honor de conocer a los Almirantes Walbaum, Mackay y Aldoney en forma personal. A los otros tres Oficiales no los conozco, pero tengo antecedentes suficientes para suponer que son igualmente hombres de honor.

Y hay que ver que duele cuando se los persigue sin ningún ánimo de “hacer justicia”, sino pura y simplemente por sed de venganza y por tapar los hoyos en que frecuentemente se ve metida la coalición de Gobierno, ese contubernio llamado Concertación. Esto último no tiene nada de sorprendente, mal que mal, el eslogan “ni olvido ni perdón” forma parte de su programa de gobierno, y, nos guste o no, nos anticiparon en todos los tonos que no iban a descansar hasta que “se hiciera justicia en la medida de lo posible”, para cuyo efecto inventaron aberraciones jurídicas que harían infartar hasta a un niño de pre-kinder, por no decir a un alumno de primer año de Derecho.

De hecho, el famoso cura Woodward fue sorprendido en Septiembre de 1973, entre otras cosas, coordinando la detonación de explosivos en el puente “Las Cucharas”, entre Viña y Quilpue, por donde debería pasar un tren con unos seiscientos niños, rumbo a sus lugares de estudio. Se descubrió además, una no despreciable cantidad de armamento en su parroquia, en Valparaíso. Fue detenido por la Infantería de Marina por esas dos razones, para determinar qué conexiones tenía con otros subversivos, y no “porque ayudaba a los pobres”, como majaderamente afirma el “derechista y conservador” Diario El Mercurio. En primera instancia fue detenido en la Universidad Federico Santa María, y se trató de obtener su confesión manteniéndolo en la piscina –aire libre, agua helada, Septiembre, método bastante sutil si lo comparamos con la muerte de niños inocentes o lo que se pretendía hacer con el armamento incautado. Fue trasladado luego a la Academia de Guerra Naval, y, al constatarse su delicado estado de salud, al Buque Escuela Esmeralda, que funcionaba como hospital, y no como centro de tortura, como majaderamente se pretende hacernos creer por parte de los políticos y activistas afines al Gobierno. Al empeorar su estado, fue llevado al Hospital Naval, donde falleció. Un médico certificó su muerte, las causas de ésta –pulmonía-, y posteriormente fue entregado en el Cementerio Nº 3 de Valparaíso. Todos estos antecedentes constan en la causa que se sigue en contra de los altos Oficiales. Se trató en forma infructuosa de entregar el cuerpo a algún familiar, pero el único conocido era su hermana Patricia, que en esa época vivía en Londres. Se lo enterró en una fosa común y no hubo a quién darle cuenta de aquello.

Pues bien, resulta que ahora, treinta y cinco años después, seis distinguidos Oficiales de la Armada, todos arrestados, tienen al cura secuestrado y privado de libertad. Secuestro permanente, como dicen nuestros brillantes y desinteresados Magistrados.

Como mencionaba anteriormente, no me extraña que, aunque constituya un insulto a la razón, la Concertación se compre el cuento, más bien que lo utilice para incautar a la plebe y para tapar sus recurrentes escándalos. Pero me produce más que indignación que la Alianza por Chile, y más aún, el Alto Mando naval, se queden impasibles ante tamaña estupidez. Simple lógica. Si los Oficiales tienen secuestrado al cura al mismo tiempo que están detenidos en unidades navales hay algo que no cuadra. ¿Por qué la Jueza Quezada no procesa al Almirante Codina y al resto del Cuerpo de Almirantes por complicidad? ¿O me van a decir que nuestra Armada está al mando de personas tan, pero tan estúpidas, que no saben que hay un sacerdote secuestrado en reparticiones que están bajo su jurisdicción? Si tal como indica la lógica, ese hecho no es efectivo, ¿por qué no manifiestan al menos su inquietud frente a tamaña injusticia?

La respuesta parece simple: O no tienen los cojones o tienen un oscuro interés personal que motiva su cobarde actuar, llámese futuros cargos públicos, llámese trienios, llámese mantener el poder –y las regalías del cargo- a cualquier precio.

De los políticos de la Alianza, en general no hubiera esperado nada. Nos tienen acostumbrados a frecuentes dadas vueltas de chaqueta, traiciones y desafectos. Pero de el Alto Mando naval nunca hubiera esperado una actitud tan cobarde. Sí de Cheyre o de Izurieta, de Sarabia o de Ortega, de Cienfuegos o de Bernales; nunca de Codina. Dios quiera que la historia sepa juzgarlos como corresponde y poner en claro que su traición es el legado que dejaron a la Patria, Chile. Tan sólo así habrá valido la pena el martirio de Walbaum, Barra, Aldoney, Mackay, Riesco y Costa. Como también el de tantos otros distinguidos Oficiales y Suboficiales de las demás ramas de la Defensa y el Orden que están pagando por habernos liberado de la lacra marxista y por la implantación de este nuevo orden mundial, judío, masónico y revolucionario del que son cómplices los actuales mandos militares y los políticos “de orden”.

 

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