miércoles, marzo 01, 2006

Carta al Nuncio Apostólico

Excelencia:

Con pesadumbre hemos leído que su Eminencia Reverendísima, el Cardenal Arzobispo de Santiago ha manifestado a Su Santidad Benedicto XVI que “la señora Bachelet es contraria no solamente al aborto, sino también al aborto terapéutico…” y “…a propósito del matrimonio, la Presidente sostenía la idea de que se trata de una unión entre un hombre y una mujer”.

Dichas afirmaciones representan en primer lugar un engaño escandaloso al Vicario de Cristo, y en segundo lugar, confunden gravemente a los fieles.

Recordemos que la Presidente Electa manifestó en el último debate presidencial ser partidaria del “PACS” (Pacto de Solidaridad, al estilo francés), asunto que el Santo Padre ha rechazado al señalar que “es un grave error obscurecer el valor y las funciones de la familia legítima, fundada sobre el matrimonio, atribuyendo a otras formas de unión reconocimientos jurídicos impropios, de los que no existe, en realidad, ninguna exigencia social efectiva”. Recordemos además, que la designada Ministro de Salud se ha manifestado partidaria del aborto “terapéutico”, junto con un gran número de parlamentarios de gobierno y otras autoridades designadas para el nuevo mandato.

Lamentablemente, dichas declaraciones de Monseñor Errázuriz no vienen sino a confirmar la línea política que ha seguido gran parte de la Jerarquía Eclesiástica durante los últimos años, y muy especialmente estos últimos meses. Baste recordar la ambigüedad con que la Conferencia Episcopal (des)orientó a los fieles a propósito de la última contienda Presidencial y Parlamentaria, negándose en forma reiterada a adoptar una postura católica.

Resulta sorprendente que, pese a que los sucesivos gobiernos de la concertación llevan ya largos años destruyendo la moral cristiana en nuestra Patria, cuando no derechamente atacando a la Iglesia Católica, el Episcopado insista en legitimar el actuar de dichas autoridades; más sorprende aún la falta de gratitud de quienes fueron –a nuestro pesar- los protegidos de Obispos agitadores y autodemoledores de la Santa Iglesia.

Por último, quisiéremos manifestar, sin entrar a juzgar su modo de vida, que la Presidente Electa no representa precisamente un ejemplo de familia cristiana, por lo que mal puede ser mostrada como ejemplo por los Señores Obispos.

Los abajo firmantes, como católicos, apostólicos y Unidos a la sede de Roma, pedimos humildemente esclarecimiento público sobre estas desafortunadas y sorprendentes palabras, ya sea por autoridades eclesiásticas chilenas o vaticanas,

Jorge Gastò Bakx
Damián Gastò Loyola
Bernardita Huerta D. Vda. de Skinner
Raúl Márquez L´Hussier
Jorge Mena Pérez
Juan Ignacio Pradenas Muñoz
Alejandro Tapia Laforet
Hernán Vásquez Villanueva

Viña del Mar, 24 de febrero de 2006, San Modesto y San Etelberto de Kent

 

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