viernes, octubre 05, 2007

¿Y ahora quién podrá defenderme?

Y pasó lo que tenía que pasar. Nuestro Supremo Gobierno, al recibir la sorpresiva noticia de que su popularidad apenas alcanzaba al 35%, echó mano, a través de uno de sus lacayos –el Juez Cerda- al más trillado de los recursos: encarcelar a la familia Pinochet en pleno y a uno que otro militar. Claro, como Matute ya está muerto y Paul Schäffer preso –y no precisamente por pederastia- no quedaba otra que usar a la familia del ex Presidente como cortina de humo.


Dejemos de lado el hecho que la señora Lucía tiene casi 90 años. Dejemos de lado que al General Pinochet, no uno sino muchos empresarios, tanto chilenos como extranjeros, le donaron importantes sumas de dinero -millones de dólares- para que pudiera defenderse de los previsibles embates de sus enemigos. Dejemos de lado que quienes hacen las mayores gárgaras con los ocho millones de dólares por los que se está procesando a esas 23 personas, tan solo en el caso de Ferrocarriles se echaron al bolsillo unos mil doscientos millones de la misma moneda… ¡150 veces más! Y dejemos de lado que si los gastos reservados los usa el estadista, aunque sea para repartirlos en sobrecitos a sus amigotes, es pecado mortal investigarlos.

Pero nada de eso vale. Ya no bastándoles con tener a medio Ejército en la cárcel –secuestrados incluidos, supongo-, ahora nos recuerdan que Pinochet, su señora, sus hijos, sus amigos y sus camaradas se comían los niños y había que meterlos al chucho usando cualquier expediente… ¡Qué mejor que un juez amigo que en unos días más recibirá 88 millones de pesos como premio de parte de una ONG norteamericana que vela por los derechos humanos de quienes tienen las manos manchadas con la sangre de 150 millones de almas!

¡Y qué esperábamos! ¿Qué alguien en este querido Chile tuviera la nobleza de defender al menos a una pobre viuda? ¿A sus camaradas perseguidos? ¿A inocentes? Nones… Los políticos preocupados de las próximas municipales y presidenciales… El perraje preocupado de la farándula, el final de Papi Ricky y de la Naty. Y los militares preocupados de defender la democracia en Haití… y sus carreras profesionales.

Pero no nos quejemos. Nosotros, todos, elegimos al Gobierno que tenemos. Y nosotros, todos, elegimos a los legisladores, de un lado y del otro. Y recordemos, que todos ellos, en concomitancia, derecha e izquierda, les quitaron el poder a los mandos militares, con lo que quedaron legalmente imposibilitados para frenar este tipo de injusticias.

Legalmente digo, porque los pantalones se los quitaron ellos mismos. En una actitud contraria a toda tradición y buen juicio, autodemolieron la esencia de la carrera militar a un extremo que hoy en día da exactamente lo mismo ser médico, ingeniero, cartero, basurero, vendedor o uniformado. Es una carrera como cualquier otra, y el uniforme y las estrellas o galones no son más que la falda o el terno del empleado del Banco de Chile… ¡Primero cumplir los 30 años; la Patria y sus valores que se jodan!

Lógico. No podemos esperar otra cosa. Hoy en día los muchachos no ingresan a las Escuelas Matrices a los 11 años, como Prat, Uribe o Condell, o a los 14, como nuestros padres, sino de 20 o 22, muchas veces ya maleados y hasta con prontuario universitario, de tal forma que se hace prácticamente imposible moldearlos como antaño, crearles carácter. Van a la aventura, a lo bakán, no a servir a la Patria. Y para atraerlos, nada mejor que un spot diseñado por los mismos que nos muestran jóvenes que quieren tener sexo con la mamá del amigo o que toman Sprite y se tiran un flato… con una buena canción satánica se les pide que entren al Ejército, a la Armada o a la Fuerza Aérea…

No podemos esperar otra cosa si nuestro Ejército forma sus oficiales con la ayuda de una universidad cuyo sustento ideológico bien puede verse reflejado en este artículo escrito por su Rector.

No podemos esperar otra cosa cuando los cadetes militares son formados por comunistas como el poeta Zurita, quien dicta conferencias, en presencia del Comandante en Jefe, en plena Aula Magna de la Escuela Militar.

En fin, no podemos esperar otra cosa cuando ante una injusticia que la huele hasta una guagua de prekinder, el mismísimo General Izurieta aparece por televisión reunido con las viejas de las fotos repitiendo la cantinela de que nadie está por sobre la ley.

No podemos esperar que esos militares defiendan ni a su propia gente –a la ‘Gran Familia Militar’, frasecita con la que se llenan la boca. Lógico, pueden perder un trienio, una subsecretaría o un ministerio… No son ni la sombra de Ignacio Carrera o Arturo Prat. Ellos sacrificaron nada menos que la vida. Ni la sombra de Pinochet o Merino. Ellos sacrificaron su vejez. Ni la sombra de Contreras o Krassnoff. Ellos sacrificaron su libertad.

No puedo terminar estas líneas sin mencionar que acabo de recibir un correo de alguien muy ligado a la Fundación Pinochet, que dice que “tenemos que hacer algo”, así bien vago… hilarante cuando llevan sus buenos años becando a los hijos del General Cheyre y omitiendo la tercera estrofa de la Canción Nacional para que no se enoje el caballero… y cuando personalmente, digamos unos tres de sus mandamases, me han llamado la atención personal y severamente por mi actitud crítica a la derecha. Esa misma derecha que no mueve un dedo por la Señora Lucía, sus hijos, los militares perseguidos y, en su oportunidad, por don Augusto.

 

3 comentarios

3 Comentarios:

At 5 de octubre de 2007, 1:06:00 a. m. CLT, Blogger pomelo dijo...

Augustito: Mamá está presa!!!!

Pero dicen que la señora ya empezó con el show del perro muerto en el Hospital Militar, ¿cuál es el problema?

 
At 5 de octubre de 2007, 5:36:00 p. m. CLT, Blogger Javier Bazán Aguirre dijo...

Si el perro muerto fuera de izquierda, pomelo diría otra cosa.
Comparto su planteamiento.

 
At 5 de octubre de 2007, 8:31:00 p. m. CLT, Blogger Rick Hunter dijo...

donde estan las ff.aa.???

o acaso son traidores a la Patria???

espero equivocarme

 

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